¿Y Mañana?

¿Y Mañana?

Nota: este texto surge a partir de la invitación, en plena primera ola de la pandemia del Covid19, por parte del Pavillon de L’Arsenal a todos aquellos arquitectos y urbanistas que estuvieran interesados en expresar su posicionamiento acerca del futuro que a todas luces ha quedado alterado. Bajo el marco de una pregunta muy explicita Et demain, on fait quoi ?[1] (¿y mañana que hacemos?) Alexandre Labasse, director del Pavillon de L’Arsenal, hace una llamada a pronunciarse acerca de aquellos aspectos que la gran crisis sanitaria mundial que aun nos azota ha puesto encima de la mesa. 

El resultado ha sido una exposición en el mismo Pavillon de L’arsenal de todos los textos y una recopilación de los mismos en formato de libro. En la web del Pavillon se pueden consultar en francés la totalidad de los textos.

En archikubik respondimos a esta invitación con el texto que se reproduce a continuación con el título Le temps de l’éthique, du dialogue et de la conscience retrouvée, firmado por Carmen Santana, socia de Archikubik en representación de nuestra agencia. 

ÉTICA

Los científicos e investigadores nos han estado advirtiendo durante años sobre el calentamiento global, sobre los virus que serán las nuevas armas de guerra, sobre las hordas de refugiados que emanan precisamente de las guerras y del cambio climático con noticias cada vez más preocupantes. La comunidad científica nos exhorta a establecer una ecología digital. 

Pero todos miramos a otra parte creyendo que tendremos tiempo para pensarlo más tarde… Vivimos en un tiempo formateado a partir de una obsolescencia programada y nos contentamos con poner continuamente tiritas y parches, sin establecer un ámbito de pensamiento realmente ecosistémico e interelacionado.

Dejemos de buscar en otro lado y asumamos la responsabilidad de arremangarnos y proponer medidas.

Primero las altas finanzas y sus estructuras accionariales, con su visión anclada en el cortoplacismo y basada en la globalización del modelo económico, salvaje, devastador y depredador, asume con hipocresía y cinismo que el modelo necesariamente deja a millones de pobres en el camino, privados de derechos básicos y de toda justicia social. El neoliberalismo ha operado así en los últimos 30 o 40 años.

Este relato que nos venden como único es falso. Podemos reconfigurar nuestro sistema económico a partir de un modelo de economía simbiótica[2], que respete todos los ecosistemas y que se inspire en la naturaleza, un modelo que permita producir en nuestros países y territorios, que promueve los intercambios locales, dentro de una solidaridad global, en resumen, encontremos una economía glocal.

El confinamiento nos mostró la vida real, la de nuestro ser interior. El virus nos ha dirigido al corazón de nosotros mismos, lejos de una felicidad empaquetada, dictada por los dogmas de esta sociedad de ultra consumo.

Encontremos nuestras almas, abramos nuestros corazones. ¡Este confinamiento nos puso frente a nuestra propia conciencia, una conciencia que debe estar a la altura de nuestra inteligencia! Todos somos responsables de nuestra propia forma de consumo.

La tecnocracia ha demostrado su bancarrota, la administración es opaca, no informa a nadie si no tiene ante sí un líder fuerte … ¡creemos una Cámara de Ciudadanía! Que las listas electorales sean completadas por una parte representativa del conjunto de ciudadanos, mujeres y hombres no formateados en el molde de las Grandes Escuelas. Gente de la calle. Habitantes.

Inventemos nuevas herramientas creativas de gobernanza, ágiles, prácticas, rápidas, para establecer la democracia ecológica.

¡Hacemos un llamado a todos nuestros candidatos electos para que trabajen en una visión distante que vaya más allá de las vicisitudes políticas y redescubran una cultura del riesgo! Atreverse al riesgo para establecer una visión sistémica a largo plazo de nuestras ciudades, de nuestra Europa e incluso del mundo.

DIALOGAR RELACIONAR EDUCAR

Esta crisis nos ha demostrado en gran medida que los ciudadanos son capaces de estar unidos y que sabemos cómo organizarnos rápidamente gracias a las redes sociales. Como demostró el poderoso ensayo de Rebecca Solnit en A Paradise Built in Hell: The Extraordinary Communities That Arise in Disaster[3]

Todas y todos tenemos un papel que desempeñar, una posición que asumir. No importa de dónde venimos ni a dónde pertenecemos. Somos pequeños granos de arena, pero transportados por un buen viento, ¡podemos reconfigurar los paisajes!

Aprendamos a escucharnos mutuamente, sin interrumpirnos, sin violencia verbal, sin levantar la voz. Respetémonos. Sepamos mantener una conversación.

Hagamos las preguntas relevantes de antemano, tomándose el tiempo para cuestionar nuestros modelos y encontrar el sentido común.

Es absolutamente necesario cambiar el software del pensamiento, para ir hacia una plasticidad del espíritu, con humildad, benevolencia y empatía. La inteligencia colectiva es un bien común, aprendamos a hacerla visible.

ACUPUNTURA URBANA

No hay proyectos pequeños, todos los esfuerzos para desestandarizar la producción de nuestras ciudades cuentan y suman, incluido, por supuesto, el trabajo en el aquí y ahora, el de la ciudad en la ciudad con procesos de acupuntura urbana.

Más que nunca tenemos que hacer que la densidad sea agradable, tenemos que aprender a establecer una densidad que no se sienta, a fin de preservar nuestros espacios naturales y agrícolas, y poner en simbiosis estos dos ecosistemas, esta relación ciudad / campo.

Establecer el paisaje como una infraestructura e ir hacia las ciudades nutritivas, donde el espacio público ya no será dedicado en un 80% a los coches, ciudades con una buena calidad de vida apropiable por sus habitantes.

Hablemos de arquitectura regenerativa, edificios y barrios productivos.

Hablemos de metros cuadrados inteligentes, híbridos y multifuncionales.

Reconsideremos los espacios comunes para convertirlos en lugares reales de vida, encuentro y oportunidades.

Que el portaaviones gire solamente 15 grados sostenidos en el tiempo y poco a poco, pero sin falta, seguir ganando grados de latitud para un cambio real de dirección.

Nosotros, arquitectos y planificadores urbanos debemos ser capaces de apoyar a nuestros clientes, inversores, nuestros candidatos electos, nuestros desarrolladores, hacia una desestandarización de la producción, particularmente la de la vivienda. Cualquier proyecto urbano debe convertirse en la oportunidad para mover los cursores, abrir las puertas de lo posible e iniciar este cambio de dirección.

Las mujeres y los hombres políticos deben exigir esta desestandarización de la producción de nuestras ciudades y deben ser capaces de establecer especificaciones ambiciosas, cumplirlas y exigir resultados a los creadores de la ciudad. Esta no es la ciudad (polis) como un producto financiero puro, como Richard Sennett llo dice tan acertadamente, la polis es el lugar de la democracia ecológica y la ecología social co-construida entre todos.

Eduquémonos unos a otros y aprendamos a ser pensadores libres, unidos y sin miedo.

En la imagen una fotografía del aspecto de la exposición Et demain, on fait quoi ? que organizó el Pavillon de L’Arsenal entre el 16 de junio y el 30 de septiembre de 2020.


[1] Ver https://www.pavillon-arsenal.com/fr/et-demain-on-fait-quoi/. Todos los textos son accesibles y vienen a configurar una foto fija del momento que abarca de abril del 2020 a junio del 2020. La única regla consistía en una cantidad de palabras máxima. La organización de catálogo y la exposición ha seguido un simple timeline de llegada de los textos, es decir, se han ordenado por orden de llegada. Por supuesto los textos no han sido editados ni intervenidos de ninguna manera por el equipo responsable de la organización de la exposición y el catálogo.

[2] Es altamente recomendable el libro de Isabelle Delannoy, L’Economie Symbiotique. DELANNOY, Isabelle, L’économie symbiotique – regenerer la planete, l’économie, la societe: Régénérer la planète, l’économie, la société, editorial Actes du Sud, Arles, Paris, 2017. 

[3] SOLNIT Rebbeca, A Paradise Built in Hell: The Extraordinary Communities That Arise in Disaster. Penguin Books, New York, 2009

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