2022

Suerte 2022

Hace un año, al igual que hace dos, nos deseábamos un feliz año, un deseo legítimo y sincero. La testaruda realidad envuelta en vientos de pandemia, ha permitido desarrolla esta felicidad poco más que en forma de trazas de alegría y escuetos meandros de calma.

2020 y 2021 no han sido felices, si es que es posible calificar en global un año como un año feliz. Seguimos embutidos de incertidumbre, de pesares, algunos siguen embutidos de desamparo, de pérdida.

El apabullantemente sabio Edgar Morin, escribe en su recorrido vital, recientemente publicado, Leçons d’un Siècle de Vie [1], “aquí quiero subrayar que una de las grandes lecciones de mi vida es el dejar de creer en la perennidad del presente, en la continuidad del devenir, en la predictibilidad del futuro.”

No hay mal que cien años dure, dice el dicho, lo que, en palabras de Morin, se podría traducir como: hay que dejar de creer en la perennidad de la pandemia.  

Por tanto, lo bueno de la actual situación, es que aquello que consideramos malo no durará eternamente, lo malo del momento que estamos viviendo es, que el azar golpea cuando quiere, cuando le da la gana.

Por suerte, el azar también puede acariciar.

Por tanto, más que desear felicidad, algo a todas luces interpretativo y personal, os deseo mucha suerte para el 2022.

Y muchas caricias.

En la imagen, el famoso jarrón Savoy, “Eskimoerindens skinnbuxa (pantalones de piel de mujer esquimal, según el primer nombre que le dio Alvar Aalto), una síntesis sinuosa de curvas orgánicas, meandros apaciguados y reflejos furtivos. Lo más parecido a una imagen, y a un objeto que tenga que ver con la felicidad tal como la imagino.


[1] MORIN, Edgar, LEÇONS D’UN SIÈCLE DE VIE, Éditions Denoël, París 2021

Comments
2 Responses to “2022”
  1. Pedro Martin Rodríguez Yáñez dice:

    Para mi parecen 3 vasos fundidos en uno, la congelación de un brindis! SALUH!

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