El Origen Ecológico de la Arquitectura
Posted by miquel lacasta on 30 de enero de 2017 · Deja un comentario

El Origen Ecológico de la Arquitectura
Una simple observación de la producción intelectual arquitectónica más avanzada de los últimos tiempos ofrece una imagen muy cercana al paradigma de raíz que reside en la base de la arquitectura pasados los años 60 del siglo pasado hasta ahora. Más aún, lo que ha venido a llamarse en nuevo devenir biológico, está emparentado directamente con la re-definición que las ciencias de la complejidad hacen de la naturaleza en el marco temporal de las últimas décadas. Actualmente la relación entre diferentes ramas del conocimiento, en este caso la arquitectura y la biología, es objeto de estudio cotidiano.
Si ampliamos el foco de las palabras, el salto de lo conceptualmente biológico a lo ecológico es casi directo. En este sentido, habría que aclarar el significado, o mejor, la intención de la palabra ecológico empleada aquí. La palabra ecología proviene del griego “οίκος” oikos = casa, y “λóγος” logos = conocimiento.
La mejor definición la podemos encontrar en Ecología de Ramón Margalef [1] cuando escribe: la ecología es la biología de los ecosistemas. Por tanto, la ecología se encarga de estudiar a los seres vivos, de investigar las condiciones del ambiente donde viven, en parametrizar la distribución y abundancia de estos, y en registrar cómo la distribución y el número de especímenes de una especie dada son afectadas por la interacción entre los organismos y su ambiente.
El medio ambiente donde se desarrollan los seres vivos, incluye el estudio de las propiedades físicas, que pueden ser descritas como la suma de factores abióticos locales, como el clima y la geología, y los demás organismos que comparten ese hábitat -factores bióticos-.
La visión integradora de la ecología plantea que su ámbito de trabajo es el estudio científico de los procesos que influencian la distribución y abundancia de los organismos, así como las interacciones entre los organismos y la transformación de los flujos de energía y materia.
En la definición anterior aparece una palabra con el mismo prefijo, muy importante para entender la idea de ecología: ecosistema.
El ecosistema es la zona geográfica donde se desarrolla la interacción de los organismos vivos –biocenosis-, con su medio físico no viviente –biotopo-. Un principio central de la ecología es que la interacción entre cada organismo vivo y su medio es una relación permanente y continua con todos los demás elementos que componen su entorno. El estudio de los ecosistemas por lo general se centra en la circulación de la energía y la materia a través del sistema.
La idea de ecosistema ha saltado en muchas ocasiones la barrera de la biología para convertirse en un símil en el campo de la economía, del urbanismo o la sociología, por forma que la idea de lo ecosistemático viene a definir una relación de interdependencia de factores en un ámbito dado, es decir, tiene por objeto el estudio del comportamiento –a partir de esas relaciones de interdependencia, de manera que lo ecológico tiene en parte un componente sociológico.-
Por último es importante constatar que la ecología, por ocuparse de las interacciones entre los individuos y su ambiente, es necesariamente una ciencia multidisciplinar, que utiliza herramientas de otras ramas de la ciencia, especialmente Geología, Meteorología, Geografía, Física, Química y Matemática.
Por tanto, ecología, ecosistema, naturaleza son palabras que envuelven algo más que los sujetos que describen, tiene algo de condición de traba con todo aquello que nos rodea, algo de interactivo en términos cibernéticos, algo de comunitario en términos sociológicos y/o algo de conceptual en términos culturales. La ecología es un concepto, no solamente una rama del conocimiento biológico. Y eso me parece fundamental y absolutamente alejado de la manipulación sobada de la palabra. La ecología y lo ecológico, no pertenece ni a partidos, ni a disciplinas. No forma parte inalienable de ninguna opción. Es en sí mismo una manera de pensar, aplicable a un buen número de ramas científico-técnicas, ente ellas y en un lugar muy elevado en cuanto a su importancia, los estudios urbanos y la arquitectura.
En todo caso ¿Por qué concluir que hay un origen ecológico en la irrupción de la arquitectura contemporánea avanzada?
Una respuesta lineal a tal pregunta es bien sencilla, si la arquitectura ha seguido siempre el ejemplo de la naturaleza, parece más que plausible que si la naturaleza se redefine desde el ámbito científico en el campo de la ecología, la arquitectura también deberá redefinirse.
A la vista de los argumentos y explicaciones mostrados en la investigación llevada en este blog, está claro que así ha sido. Siempre ha existido un efecto de mímesis entre naturaleza y la arquitectura, y no hay razón objetiva alguna para pensar que este proceso de identificación se haya interrumpido. [2]
Si además asumimos una de las ideas expuestas en este bullicio entrecruzado de conceptos sobre La Nouvelle Alliance[3] de Ilya Prigogine e Isabelle Stengers, que en síntesis identificaría como natural la producción arquitectónica, -en tanto que producción realizada por un ente natural como el ser humano- la producción de arquitectura ya no sería un espejismo de aquello natural, sino que formaría parte de lo natural, y por tanto sería sustantivo de lo ecológico.
En la imagen una fotografía del Centro de Interpretación Mapungubwe en Limpopo, South Africa, del arquitecto Peter Rich.
[1] MARGALEF, Ramón, en Ecología, Omega, Barcelona, 1998, p. 2
[2] COSTA, Mauro, Analogías Biológicas en Arquitectura, Tesis Doctoral, Escuela de Arquitectura de la Universidad Internacional de Catalunya, Barcelona, 2008 y GRILLO, Carlos D., La Arquitectura y la Naturaleza Compleja: Arquitectura, Ciencia y Mimesis a finales del Siglo XX, UPC Departament de Composició Arquitectònica, tesis doctoral dirigida por Dra. Marta Llorente, Barcelona 2005
[3] PRIGOGINE, Ilya, STENGERS, Isabelle, La Nouvelle Alliance, Gallimard, Paris 1986
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