Archigram

Archigram

En 1961, Peter Cook [1] y David Greene, recién licenciados de arquitectura, publican un folleto de protesta como reacción a las ideas conservadoras de las revistas de arquitectura de la época, que se mantenían al margen de las prácticas experimentales. Para la redacción, el título de la publicación, Archigram,[2] reflejaba la idea de un producto más urgente y simple que una revista, más bien asociado a un telegrama o aerograma; de ahí archi(tecture)-gram.

Compartiendo intereses similares, Michael Webb, Warren Chalk, Ron Herron y Dennis Crompton –que trabajaban para la constructora Taylor Woodrow de Londres con Cook y Greene– colaboran en la publicación. Uno de los objetivos de la revista, de la que se editarían nueve números completos, era difundir las actividades vanguardistas que habían sido silenciadas por las instituciones educativas y totalmente marginadas en la prensa tradicional. En palabras del propio Cook la idea de Archigram surgió así:

En teoría, nos reuníamos ahora en casa de uno, ahora en casa de otro, y un día surgió la idea de hacer una publicación. El detalle del -gram al final del nombre era muy importante, porque no queríamos que fuera una revista, sino un -grama, como un aerograma o un telegrama. La clave estaba en que no fuera una revista, sino un -grama. Por eso era muy importante que no tuviera el formato de una revista. Teníamos razones económicas muy sencillas: había una medida de papel que entraba bien en la imprenta, creo que era más o menos 38 x 23 cm. Lo hacíamos todo en un tamaño económico para litografía offset, y así podíamos sacar una publicación por muy poco dinero. Por lo tanto, si miras el primer número de Archigram, resulta que sus dimensiones no se deben a razones estéticas, sino económicas. Y para imprimir la portada, la del estampado con patata, nos fuimos al sótano de Taylor Woodrow, y convencimos a nuestra secretaria, David y yo trabajábamos en el mismo despacho, para que nos ayudase a imprimirla sobre una hoja normal de 43 x 34 cm. De manera que era baratísimo. Curiosamente, en la puerta de al lado de la imprenta estaba el despacho de Cedric Price, en un sótano, justo al lado de la imprenta. Todo estaba muy concentrado: el todo Londres, nuestra oficina, el lugar donde se imprimía la revista y Cedric Price… todos estábamos en la misma manzana.[3]

Archigram publicó las propuestas visionarias de arquitectos como Cedric Price, Yona Friedman, Frei Otto, proyectos de los metabolistas japoneses e incluso de los miembros de Archigram, ya que lo que empezó siendo una iniciativa editorial pronto se convirtió en un estudio de arquitectura que mantuvo el nombre de la revista contestataria. El número de 1963 se dedica al concepto de bien consumible expendability, una de las preocupaciones recurrentes de los arquitectos experimentales de los años sesenta. Lo que Cook describe en el editorial como una estética desechable o una obsolescencia planificada,[4] se traduce en arquitectura por una apropiación de la lógica de la cultura del consumo, tal como ilustra un collage de imágenes de detergentes, cúpulas, cereales y caravanas, puntuadas por el mensaje: Todo es lo mismo.

La arquitectura ejerce un papel secundario en la elocuente portada serigrafiada de Archigram 4, en la que aparece un superhéroe de cómic que hace estallar el tema de este número, Zoom. En el interior, se despliega el programa del grupo en formato de tira cómica. En este contexto, las condiciones de la arquitectura quedan relegadas a un segundo plano, mientras que la fantasía, convertida en recurso pedagógico, ocupa el centro del escenario. Como advierte una pin-up de dibujos animados, las ciudades imaginarias que retratan los tebeos ilustran un punto de vista que busca la disolución de las actitudes convencionales y la ruptura con el vacío formal que provoca este movimiento vertical, un proceso necesario para crear un entorno más dinámico. Los trajes espaciales y los vehículos submarinos y neumáticos que irrumpen en las páginas de este número reflejan un distanciamiento respecto a las actitudes convencionales. Al abrir las páginas centrales se despliega un paisaje urbano de ciencia-ficción, acompañado de la invitación Pop up into a new world. Para los no iniciados, en la parte final de este número, Archigram propone una bibliografía con una lista de cómics y revistas de arquitecturas, como L’architecture d’aujourd’hui y Architectural Design, en la que se alude a la popular revista ilustrada Paris-Match como fuente de información de las últimas innovaciones tecnológicas.

En 1970 gracias al éxito inesperado en el concurso para el Monte Carlo Entertainment Centre, Archigram pasa de ser una revista a convertirse en el estudio Archigram Architects. El último número completo aparece en 1970, impreso en hojas sueltas, a color y plegadas bajo una portada lujosamente ilustrada por Toni Rickaby, y acompañado por una bolsita con semillas.

La afirmación de que los estudiantes de arquitectura están inquietos en el editorial de Archigram 9 precede a un elaborado proyecto llamado Archizones, en el que se localizan geográficamente una serie de arquitectos y grupos innovadores –desde el Reino Unido hasta Asia y Latinoamérica– con la finalidad de fomentar el contacto entre distintos grupos e individuos.

El proyecto también propone un experimento pedagógico basado en un intercambio de ideas internacional, proclamando que la FORMALIDAD de la arquitectura y de su enseñanza debe explotar. Sin abandonar el tema de la comunicación, Archigram 9 localiza una red de revistas sobre arquitectura, entre las que identifica Whole Earth Catalog como parte de la Archizona norteamericana, y publica anuncios de Architectural Design, Architectural Association Quarterly y ARse en una sección titulada Archigram Recommends. La recomendación de ARse adopta un tono diplomático, ya que el collage de la portada del último número núm. 3, 1970, ironiza sobre los miembros de Archigram a raíz de su recién entrada en la arquitectura comercial con el proyecto de Monte Carlo. En Archigram 9 Peter Cook firma una respuesta al ataque lanzado por el jefe de redacción de ARse, David Wild; la Carta a ARse de Cook acaba con la siguiente invitación: Podemos seguir con este tono de rivalidad, porque somos conscientes de nuestras diferencias; o podemos darnos impulso mutuo para la acción. Hasta la vista, P.[5]

 

[1] Peter Cook fue redactor jefe de Archigram de 1961 a 1970.

[2] Con Archigram se da el caso que primero se constituye la revista y después se funda el estudio.

[3] VVAA, entrevista (inédita) realizada el 16 de noviembre del 2004, Universidad de Princeton, Princeton.

[4] COOK, Peter, revista Archigram núm. 3, Londres, 1963, p. 2.

[5] COOK, Peter, Archigram núm. 9, Londres, 1970.

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