Ideas en Círculo

Ideas en Círculo

Algunas ideas actuales que lentamente se van imponiendo en el imaginario arquitectónico contemporáneo, vienen a ser un loop de ideas anunciadas hace más de 40 años, que por alguna razón quedaron sepultadas. En muchas ocasiones, solamente hace echar mano de la hemeroteca para darse cuenta. Son ideas en círculo.

El tema de la vivienda, la educación, el futuro en forma de granjas urbanas, o las posiciones estructuradas entorno a la justicia social, no son ideas nuevas ni revolucionarias. Son ideas antiguas que por condiciones políticas y sociales vuelven a ser pertinentes. Ya lo dice la filósofa Marina Garcés, la consistencia de una idea no se restringe al ámbito de lo lógico, de lo teórico, ni siquiera al puro ámbito del significado. Incorpora las situaciones que le dan sentido, las vivencias que, explícitamente o no, le están asociadas, los interlocutores que la acompañan, los ritmos y las tonalidades en los que se expresa, los idiomas de que se nutre y los usos que quizás, han empezado ya a tener.[1]

Es por eso que me figuro que las ideas viven en un loop constante, aparecen y desaparecen en el tiempo, se formulan y se reformulan en distintos momentos de la historia y en definitiva se reutilizan como estamos reutilizando ideas en arquitectura hoy, que como decía fueron discutidas décadas atrás.

Por suerte quedan testigos de esas ideas en la forma de revistas autogestionadas que han pasado a la historia. Una de ellas fue ARse. Tras haber sido testigo de las manifestaciones en contra de la guerra del Vietnam en Estados Unidos, a finales de los años sesenta, un David Wild más políticamente consciente regresa a Londres en 1969, a raíz de la invitación de Peter Cook para impartir clases en la Architectural Association. Ese mismo año, Wild y su colega Tom Woolley fundan la revista ARse. El acrónimo del título de la revista varía en cada número –Architects for a Really Socialist Environment o Architectural Radicals, Students & Educators–, pero va seguido indefectiblemente del comentario Or Whatever You Want to Call Us que traducido viene a ser o como quieran llamarnos. El título, ARse, toma el AR del logotipo de Architectural Review y le añade la partícula se en unos caracteres manuscritos que evocan al grafiti. Tal como comenta Wild:

La llamamos “ARse” porque la idea de fondo era Architectural Review, y Architectural Review era la AR, exactamente con esos mismos caracteres, de modo que era como hacer una pintada sobre un cartel publicitario. Entonces la antipublicidad estaba muy de moda, y aún lo está. Se trata de hacer una pintada sobre un buen eslogan para darle la vuelta, y esta era la idea.[2]

La publicación, impresa siempre en rojo, negro y blanco, y producida en colaboración con los estudiantes, mantiene una clara postura de izquierdas y la dirección la inscribe en un proyecto más amplio que aspira a analizar y propagar la postura del arquitecto en la sociedad capitalista.

Para comentar lo que introducía anteriormente basta ver como el número 3 de ARse tocaba temas como la vivienda y los ocupas de Londres, el racismo y la arquitectura, los derechos de los trabajadores y el derecho a la propiedad en Chicago, y documenta una protesta organizada por ARse durante una conferencia de Buckminster Fuller, al que acusan de ser el sacerdote-embajador del imperialismo tecnológico de Estados Unidos.

El fotomontaje de la portada de Wild contiene otro ataque mordaz e irreverente: Peter Cook, que acababa de contratar a Wild en la AA, aparece de pie ante un dibujo del primer proyecto encargado a Archigram, el Monte Carlo Entertainment Centre, y frente a un grupo de personas, entre las que se distinguen los miembros de Archigram David Greene, Warren Chalk y Dennis Crompton. La leyenda Archigoon Wins at Monte Carlo pone de manifiesto que Archigram participa de la obsesión de la arquitectura contemporánea por la cultura del consumo a costa de los temas sociales en un período que, según sostiene ARse, exige el compromiso político de los arquitectos.

La educación de la arquitectura es otro de los temas que hoy están en el centro de ciertas discusiones y que eran igualmente la temática central en el número 5/6 de ARse. Este número doble, dirigido tanto a alumnos como a profesores, pone de relieve la inoperancia de las autoridades académicas, que critica por las soluciones rápidas y fáciles que aplica a la reforma de la enseñanza de arquitectura. No se si esta discusión les parece familiar.

El número 5/6 contiene una serie de artículos dedicados al escándalo provocado por los intentos fallidos del Royal Institute of British Architects RIBA de cerrar cinco pequeñas escuelas de arquitectura, que considera que no reúnen las condiciones necesarias, y por los informes despectivos y engañosos que emite sobre la situación de estas instituciones. Entre ellas está el Gloucestershire College of Art & Design de Cheltenham, donde David Wild, director de ARse, ejerce como profesor en el momento del escándalo.

La situación de Cheltenham recibe considerable atención en este número, en el que incluso se comenta el acto de bienvenida que la escuela ofrece a los inspectores del RIBA: un cementerio ficticio con las tumbas de las escuelas clausuradas, carteles con citas de Mao, un esqueleto sentado en una mesa contestando a un examen del RIBA, casetes que emiten balidos de ovejas y bufidos de cerdos, y alumnos con camisetas que llevan una bota estampada en cuya suela podía leerse RIBA. Este logotipo es obra de David Walker, profesor del Glouscestershire College y asiduo colaborador de ARse, cuyas caricaturas expresan con elocuencia el descontento de los estudiantes y los profesores de arquitectura, tal como puede verse en la ilustración de la portada del número 5/6. Al lado de un texto de Antonio Gramsci, la imagen muestra a un estudiante que es obligado a tragarse la palabra Education.

De corta vida editorial, como tantas otras expresiones editoriales de la época, la revista ARse, tuvo no obstante, una considerable influencia en la construcción del relato y de las grandes discusiones del momento.

Entre esos ámbitos de influencia, cabe destacar la influencia de la revista en la aparición del colectivo Street Farm. El colectivo Street Farm era un grupo con sede en Londres compuesto por Graham Caine, Peter Crump y Bruce Haggart. Activo a principios de 1970, aboga por un cambio radical en la vida urbana, la planificación urbanística y la arquitectura.

Street Farm defendió la metamorfosis de la ciudad, es decir, la transformación del espacio urbano a través de la revolución social. mediante la construcción de una visión de ciudades utópicas, o desdibujando las distinciones entre zonas urbanas y rurales y entre el trabajo y el hogar.

Para este grupo de anarco-arquitectos, como se les llegó a tildar, los bloques de pisos eran el símbolo de lo que está mal en la ciudad, no debido a su arquitectura, sino por el hecho de que, a diferencia de las ciudades en el pasado o en el futuro utópico, los residentes en esas torres no tenían ningún control sobre la forma en que se alojaban.

Por lo tanto, los bloques de pisos siempre fueron vilipendiados en los collages surrealistas producidos por el grupo. En estas imágenes, los edificios fueron invadidos por árboles, picoteados por cuervos gigantes, utilizados por mujeres gigantes para darse placer a sí mismas, convertidos en plantas después de ser sembrados, o desintegrados después de ser rociados por desodorante.

El grupo también comenzó a llamar la atención de las personas por las consecuencias negativas de la regeneración y la gentrificación urbana, procesos que ya eran visibles en la década de 1970. Algunas de las campañas contra las demoliciones tuvieron éxito, como la movilización para salvar el Covent Garden de Londres, mientras que otras no tuvieron éxito como la campaña para prevenir la demolición del famoso Cavern Club en Liverpool donde empezaron su carrera los Beatles, o la demolición de viviendas para dar paso a la autopista West Way en Londres.

En definitiva, vivimos en un constante loop de ideas que se repiten y reconstruyen, se mejoran y se contextualizan, aparecen y desaparecen.

La innovación y las ideas nuevas, siempre tienen una parte de revival, un plantel de lugares comunes que por circunstancias específicas se vuelven a revisitar.

En resumen, convendría no olvidar aquel aforismo que dice: cuando no sabes adonde vas, acuérdate de donde vienes.

En la imagen la portada de la revista Street Farmer y una ilustración donde se puede ver como los bloques de viviendas se destruyen a medida que se plantan nuevas semillas. Más información en https://alternativeenvironmentalism.wordpress.com/2014/05/15/street-farm-eco-anarchism-architecture-and-alternative-technology-in-london-in-the-1970s/

[1] GARCÉS, Marina, Un Mundo Común, Edicions Bellaterra, Barcelona, 2013

[2] SUNWOO, Irene, entrevista (inédita) realizada el 7 de Octubre del 2006, Universidad de Princeton, Princeton.

 

Comments
2 Responses to “Ideas en Círculo”
  1. iago lópez dice:

    Arse=Ass=Culo. El título de la revista era claramente humorístico.

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