Le Carré Bleu

Le Carré Bleu
Gracias al movimiento de protesta nos hemos dado cuenta de que se ha de tener una actitud más abierta que en el pasado. En nuestra revista, la crítica arquitectónica encontrará una tribuna respecto a las relaciones fundamentales entre las artes y las ciencias del entorno y los problemas políticos, sociales, económicos…[1]
Esta breve declaración en la portada del tercer número de Le Carré Bleu de 1968 editado en París, recoge la reacción del consejo de redacción ante las protestas obreras y estudiantiles que se habían producido aquel mismo año. Creada en 1958 con sede en París y Helsinki, Le Carré Bleu estuvo dirigida por un amplio colectivo editorial, estrechamente ligado a la red internacional de arquitectos Team 10.
La revista recurre a esta red para dotarse de contenidos, así como para su difusión, y periódicamente publica proyectos y escritos de Candilis-Josic-Woods, Van der Broek y Bakema, Giancarlo de Carlo y Alison y Peter Smithson, entre otros.
Con un formato cuadrado de 21 cm, Le Carré Bleu, un desplegable a dos caras que se abría en acordeón, se dedica a menudo al análisis detallado de un único proyecto. Este número, en cambio, no aborda un proyecto concreto sino los emblemáticos grafismos creados durante los acontecimientos de mayo por los atèliers populaires, talleres integrados por alumnos de las facultades de bellas artes y artes decorativas, cuya reforma y posterior clausura fue uno de los desencadenantes de las protestas de Mayo del 68.
Si nos acercamos por un momento al estado de convulsión social que acabó desencadenando los hechos del mayo del 68 en París y los comparamos con, por ejemplo, el 15M de la Plaza del Sol y de la Plaza Catalunya de hace unos años, podremos ver ciertos paralelismos, y sin duda alguna, múltiples diferencias.
No se trata aquí de jugar a enumerar las disonancias, ni rebuscar similitudes. Sin embargo hay quizás una gran diferencia que debería plantear algunas preguntas.
El número en el que se posiciona de forma crítica el consejo de redacción de Le Carré Bleu se publica en septiembre de 1968. Es decir, tan solo 4 meses después de los hechos de Mayo del 68. Teniendo en cuenta que no había internet ni redes sociales, creo que se puede afirmar que la reacción es inmediata, dado los medios de propagación de la información de la época. Es decir, el cuerpo intelectual y profesional que hay detrás de la revista, reacciona de forma inmediata a una serie de manifestaciones ciudadanas que acabaron transformando la sociedad. Además, merece la pena remarcar que lejos de ser dirigida por alumnos o recién titulados, la revista esta sustentada por los arquitectos del Team 10, es decir, por arquitectos en plena fase de consolidación o ya totalmente consolidados. Por la inteligentsia arquitectónica del momento, para ser gráficos en la definición.
¿No hay una gran diferencia con el tiempo que han tardado los arquitectos más consolidados de nuestra época en tomar algún tipo de posición a los hechos del 15M? Lo digo más que nada porque en muchos casos ni tan siquiera ha habido, a día de hoy, una declaración crítica del modelo de actuación que vivimos en el final de la década de los años 90 y el principio de la primera década de siglo XXI.
Esta sí que es una diferencia notable.
Apenas voces dispersas y lejos del statu quo han sido capaces de posicionarse en estos últimos años. Posiciones claras y muy válidas eso si, pero lideradas por arquitectos que precisamente no estaban en el centro de la praxis arquitectónica del momento como si lo estaban los arquitectos del Team 10. En todo caso acciones aisladas e individuales de un colectivo desapegado de la sociedad, si lo vemos en comparación a la reacción inmediata de lo ocurrido hace casi 50 años.
Pero eso no es poco.
El consejo de redacción de la revista no solamente se posiciona, sino que de forma muy reactiva publica en 1971 en Le Carré Bleu 3/4, el dossier Nouvelles tendances progressives en urbanisme et en architecture que nace a demanda de la revista y lo encarga a Alexander Tzonis, entonces profesor de la Escuela Superior de Diseño de Harvard.
Las tendencias progresistas anunciadas en la portada aluden al extracto de la crítica recién publicada de Robert Goodman sobre la profesión de urbanista, After the Planners, y al informe de Chester W. Hartman Harvard Urban Field Service UFS, un proyecto experimental de dos años de duración que permite a los estudiantes de la Escuela Superior de Diseño llevar a cabo proyectos en colaboración con distintas comunidades de renta baja en Boston. Algo así como los Arquitectes de Capçalera de la ETSAB, iniciativa muy interesante que empezó en junio de 2013 por iniciativa del grupo de proyectos de 3er año tardes HIC_Habitage i Ciutat. http://www.habitatgeiciutat.com/
Los textos, impresos en tinta azul, llenan este delgado número de quince páginas, aprovechando el cambio de formato que se había producido el año anterior, que cambiaba el acordeón que Le Carré Bleu había utilizado durante los años sesenta por un folleto grapado.
El análisis de Goodman sobre la arquitectura de guerrilla da su apoyo al movimiento okupa como estrategia de oposición a las tendencias cada vez más burocráticas de gran parte del urbanismo participativo.
En comparación, el radicalismo de Hartman se presenta más mesurado: destaca los dilemas desvelados por la experiencia del UFS. Por un lado, las contrapropuestas comunitarias desarrolladas por los estudiantes del UFS para impedir los planes de renovación urbana encarnan el tipo de cambios fundamentales que necesita la disciplina urbanística, mientras que, por el otro, las restricciones de la educación de segundo ciclo hacen que para los estudiantes sea prácticamente imposible proporcionar la ayuda técnica que necesitan las comunidades.
En otras palabras, la acción política y social de Mayo del 68 hace reaccionar de inmediato al colectivo de arquitectos que en ese momento lidera el relato de la arquitectura en Europa y una parte de Estados Unidos y Sudamérica, como lo eran el Team 10. Y no solamente se posicionan, sino que con la celeridad de los medios de la época, encargan un dossier específico íntimamente ligado a las discusiones surgidas durante ese momento.
Si comparamos en su justa medida acción por acción y reacción por reacción, quizás tendremos una narración de la potencia, intensidad y velocidad del impacto en la profesión entre Mayo de 1968 y Mayo del 2011 muy disimilar.
Da la sensación que mientras en Mayo del 68 el impacto fue profundo en el colectivo de arquitectos que lideraban esos años, y la reacción fue, primero la autocrítica y después la acción directa a toda velocidad, el 15M dejó un rastro de indiferencia entre los arquitectos importantes del momento y en el mejor de los casos las reacciones han sido a cámara lenta, entre declaraciones y posiciones inofensivas o en el caso peor, oportunistas.
Quizás por eso hay tanta necesidad de recambio generacional entre los arquitectos más jóvenes y una cierta sensación de fraude. Lógicamente, hay como los ha habido, casos que de forma individual se han posicionado de manera clara, ya sea a favor o en contra en relación a los movimientos y las reivindicaciones sociales surgidas durante el 15M, pero ni han sido una mayoría, ni mucho menos han sido posicionamientos corales.
En definitiva puede decirse que nuestra generación de referencia nos ha defraudado, mientras que aquella se puso en primera línea de playa.
En la imagen las portadas del número 3 de Le Carré Bleu del año 1968 y el número 3 y 4 de 1971.
[1] VVAA, Editorial, Le Carré Bleu, núm. 3, septiembre, París, 1968, portada.