Le Ricolais

Le Ricolais

Entender el trabajo de George Robert Le Ricolais significa entender cómo se trasciende cualquier idea preconcebida sobre la forma de la arquitectura, sobre su geometría y sobre las cualidades espaciales. Sus investigaciones se adentran en la exploración de la naturaleza con el auxilio de la teoría matemática.[1] Es decir Le Ricolais tiene el rigor disciplinar como ingeniero de un Ghyka y la impaciente curiosidad intelectual por entender los principios que rigen la realidad física de un Thompson. Su trabajo puede considerarse una aproximación matemática a la geometría que tiene como objetivo último limar las consideraciones subjetivas de la forma eliminando lo circunstancial y lo accesorio. Para él, la intervención en el soporte de lo natural a través de la forma construida requiere entender los secretos mecanismos de la naturaleza, pero esto no es sinónimo de un modelo por imitación. Más bien Le Ricolais desconfía de la verdad de las imágenes y solía repetir a sus alumnos un refrán oriental que dice las cosas mismas mienten, y también sus imágenes.[2]

Le Ricolais adopta la estrategia de recorrer un camino de ida y vuelta constante entre lo concreto y lo abstracto como defensa ante el poder mágico de las imágenes y siempre en guardia para dejarse sorprender ante la escalofriante noción de un universo con el que no estamos familiarizados.[3]

Le Ricolais fue ingeniero hidráulico, pintor, estudió bellas artes en la Academia de la Grande Chaumiere en París, y poeta con bastante obra publicada. Su recorrido como ingeniero está salpicado de galardones, como la medalla de la Sociedad Francesa de Ingenieros Civiles por el ensayo Láminas Compuestas y su Aplicación en Estructuras Metálicas Ligeras en 1935 o el Gran Premio del Cercle d’Etudes Architecturales en 1962. Su labor más destacada es la intensa carrera docente que desarrolla a partir de 1951, dirigiendo diversos talleres llamados Experiments in Structure en universidades como Illinois-Urbana, North Carolina, Harvard, Penn y Michigan. Finalmente en 1954 se queda en la Universidad de Pennsylvania, donde adquiere gran influencia gracias a sus trabajos sobre Estructuras Experimentales, llegando a ser nombrado en 1974 Paul Philippe Cret Professor of Architecture en la Universidad de Pennsylvania, sucediendo a Louis Kahn. Precisamente en la Universidad de Pennsylvania establece una relación muy cercana con Kahn al compartir la clase de proyectos del Máster de Arquitectura GSFA, llegando a ser amigos personales en la vida privada y auténticos personajes en la vida pública universitaria.

El recorrido investigador de Le Ricolais encaja con las reflexiones llevadas en este blog. Sintéticamente podemos decir que apoyado en una concepción no lineal de la naturaleza e introduciendo una serie de parejas de conceptos aparentemente opuestos, fragilidad y rigidez, ligereza y pesadez, es decir bajo una visión compleja e incluso contradictoria, Antonio Juárez habla incluso de paradójica, Le Ricolais aborda un extenso trabajo que consiste en descubrir la relación entre la estructura de la naturaleza y la estructura de la forma, la geometría, construida por el hombre.[4]

La idea de estructura parece ser el origen de sus investigaciones y a la vez viene a ser el fin, el objetivo mismo de sus trabajos, o así parece cuando dice: la noción de estructura invade el campo de nuestros conocimientos. En efecto, más que la estructura misma, importa más, si se me permite el pleonasmo, la estructura de la estructura. Se ve dibujarse la evolución intelectual en curso, donde lo cualitativo importa sobre lo cuantitativo, con la emergencia de la noción matemática de la variación. El lado seductor de la topología es su generalidad, y su erosión grandiosa del detalle; el arte de las conexiones se extiende no solamente a las fuerzas que actúan sobre las estructuras, sino también a las estructuras de las circulaciones, problema esencial de la vida urbana.[5]

Le Ricolais habla de naturaleza y de topología –la topología es la rama de la matemática que estudia las propiedades de las figuras geométricas que son invariables bajo continuas transformaciones- desde una óptica compleja, una interpretación de la idea de estructura totalmente armonizada con el devenir del paradigma de la geometría y la complejidad.

En el desarrollo de sus investigaciones, Le Ricolais se deja fascinar por la estructura interna de los huesos, al igual que lo hiciera, D’Arcy Thompson. Lo que más atraía a Le Ricolais era que tal estructura consistía en una malla tridimensional de gran complejidad formal, cuya geometría se revelaba ante cualquier cálculo, debido al gran número de barras por junta y a su gran variabilidad.[6]

Lo interesante de un hueso es su composición hueca, la disposición de huecos de diferente forma y distribución. Tal formalización compleja tiene, como es lógico, el objetivo de encontrar la máxima resistencia con el mínimo peso, y por tanto con el consiguiente gasto mínimo de energía. Toda la lógica natural que fascina a Le Ricolais y que observó Thompson en su momento va direccionada a la eficiencia energética. Es tal la fascinación del ingeniero por esta reflexión que empieza a investigar la posibilidad de construir con agujeros, estructuras huecas resistentes y sin peso. Le Ricolais llega a generalizar esta idea hasta proclamar que si se piensa en los vacíos, en lugar de trabajar con los elementos sólidos, la verdad aparece.[7]

Otra de las fascinaciones comunes entre Le Ricolais y Thompson es la estructura geométricamente compleja de la radiolara. Siguiendo la estela del biólogo Edouard Monod-Herzen,[8] y del zoólogo Ernst Haeckel,[9] pionero en el estudio de la naturaleza, al que Le Ricolais consideraba que ningún arquitecto debería ignorar, la radiolaria ofrece un ejemplo sorprendente de economía del material sustentado por un andamiaje estructural tridimensional que presenta una síntesis fascinante entre geometrías basadas en el pentágono y el hexágono, superficies resistentes y una sorprendente organización espacial o disposición en un sentido tipológico. Para Le Ricolais las radiolarias representan el futuro de las estructuras.

Tanto el trabajo sobre la estructura de los huesos como la disposición de huecos en un radiolaria ejemplifican la idea de geometría que estos autores compartían. Para Le Ricolais la geometría que da una forma definitiva a las estructuras, debe entenderse como algo abierto dinámico y flexible, y su esencia está ligada con las ideas de la matemática, de la física y de la biología. Es por ello que la aproximación a la geometría de la forma no debe producirse tanto por una aproximación estética, sino por una lógica de eficiencia energética, de modelo de comportamiento o de abstracción matemática.

Le Ricolais proclama en el artículo de la revista Zodiac: Una tendencia nueva, probablemente de origen abstracto o matemático, quiere hacernos considerar la forma como pura geometría de ocupación del espacio, sustituyendo así las impresiones sensoriales imprecisas, por una noción más valedera de organización o de disposición, y en ciertos casos particulares de medida.[10]

El rol que adquiere Le Ricolais en su trabajo como docente desde mediados de la década de los 50, y sus investigaciones sobre estructuras, huecos, formas automórficas, etc., es el de, por un lado, síntesis entre la fascinación sobre la complejidad de la naturaleza, la curiosidad sobre su armonía interna y la constatación de su capacidad para evolucionar constantemente a través del tiempo sin perder su esencia, y por otro lado el rigor topológico de que la naturaleza es geometría, geometría, geometría, y por tanto en esencia es matemática, matemática, matemática.

En la imagen una radiolaria publicada en el libro Die Radiolarien, Ed. Druck und Verlag Von Georg Reimer de Ernst Haeckel.

[1]JUAREZ, Antonio, “El arte de construir con agujeros; Reflexiones en torno a Robert Le Ricolais”, Circo núm. 39, CIRCO M.R.T. Coop., Madrid, 1996, p. 2.

[2] JUAREZ, Antonio, “A propósito de Robert Le Ricolais”, Arquitectos, nº 141, vol., 96/3, Consejo Superior de Arquitectos de España, Madrid, 1996, p. 73

[3] LE RICOLAIS, Robert, “A few words about research”, Via 2, University of Pennsylvania, Filadelfia, 1973 p. 197.

[4] Op. Cit., JUAREZ, 1996 (B), p. 73.

[5] LE RICOLAIS, “Robert, 1935-1969, Etudes et Recherches, Zodiac, núm. 22, Milán, 1973, p. 18.

[6] Op. Cit. JUAREZ, 1996 (B), p. 73

[7] LE RICOLAIS, Robert, “Things themselves are lying, so are their images, entrevista a Robert Le Ricolais, Via 2, University of Pennsylvania, Filadelfia, 1973, p.88.

[8] Edouard Monod-Herzen es autor de Principes de Morphologie Générale, editado en París en 1927 por Gauthier-Villars et Cie.

[9] Es fascinante y un placer para la vista el estudio de Ernst Haeckel sobre las radiolarias que publico en Berlín en 1882 titulado Die Radiolarien, Ed. Druck und Verlag Von Georg Reimer.

[10] Op. Cit. LE RICOLAIS, 1973, p. 18.

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