Contribuciones: Alberto Alonso Oro. Miscelánea

Miscelánea
Una de las cosas más positivas que le veo a la red, es que puedes conocer y entablar amistad con gente fuera de tu círculo más próximo. De esta relación virtual, surge la invitación de Miquel Lacasta a colaborar en su blog axonométrica mediante el envío de una serie de artículos. Espero estar a la altura.
La temática de este blog gravita en torno a tres ejes, la teoría, la práctica y la docencia, todos envueltos por el tiempo. En este caso Miquel me propone escribir nada más y nada menos que sobre teoría… teoría de la arquitectura.
En ese momento me sentí abrumado e inmediatamente estas cuatro palabras me retrajeron a mis años de estudiante imberbe en la ETSAC. En aquel tiempo, había una asignatura en tercero de carrera llamada Teoría de la Arquitectura, también llamada Estética, muy temida y odiada por la mayoría de nosotros. En ella se repasaba desde Étienne-Louis Boullé hasta la Tercera Generación del Movimiento Moderno, repartido en 17 temas que tenías que completar con el Morris y Benévolo. Era tal la cantidad de datos y arquitectos que había que no te permitía más que un acercamiento lejano y casi siempre sesgado de sus posiciones teóricas, menos mal que siempre podías recurrir y refugiarte en la Santísima Trinidad.[1]
Aún sin decidir sobre el tema a tratar, me acecha el segundo, poner un título a este primer escrito. Es por tanto que denominaré esta futura serie, Miscelánea. Un título para nada novedoso por otra parte, pero sí útil ya que me servirá para tocar diferentes temas y por otra me evitaré el engorroso tema de titularlos.
miscelánea.
(Del lat. miscellanĕus).
1. adj. Mixto, vario, compuesto de cosas distintas o de géneros diferentes.
2. f. Mezcla, unión de unas cosas con otras.
3. f. Obra o escrito en que se tratan muchas materias inconexas y mezcladas.
4. f. Col., Méx. y Pan. Tienda pequeña de esquina.
Con el paso del tiempo me doy cuenta de que este deambular, esta búsqueda por diferentes maestros, no es más que el anhelo de una proximidad. Esta deriva hace que venga a mi memoria un texto de José Manuel López-Peláez.[2] Aquí os dejo el inicio de dicho texto con el fin de que él os transmita mejor este devenir.
Hace ya algunos años, en uno de los viajes a la India, estuve viviendo durante cierto tiempo en el Ashram[3] de un maestro. Este lugar se encuentra situado al borde del Ganges y próximo a su nacimiento, en las estribaciones de los Himalayas. Tuve entonces oportunidad de comprobar lo que tanta gente entiende por cercanía al maestro, hasta el punto de que muchos de los que iban a visitarle anhelaban la estricta proximidad física y según la costumbre hindú, se inclinaban y le tocaban los pies a modelo de saludo reverente.
Conocí allí a un swami, un discípulo de este maestro, que había descendido desde su cueva situada en algún lugar de las montañas para permanecer con él unos días, antes de regresar a los Himalayas. El aspecto de este discípulo, su sonrisa y presencia son cualidades difíciles de olvidar. Me resultaba sorprendente que, a pesar de tratarse de un ser humano excepcional aún necesitase esta relación temporal, cercana a aquel que guiaba su trabajo. Quizá ocurra que, en determinada etapa, se precie la energía que brota únicamente en la relación rigurosamente próxima. Era evidente que el vínculo entre ambos se establecía también a otros niveles y que, a pesar de la gran distancia que separaba la cueva del Ashram, existía una ligadura que traspasaba ese espacio y permitía al discípulo obtener del maestro el apoyo que su labor requería.
Aquellos días viviendo en el Ashram también supusieron una lección en este sentido, porque se llega a entender que la proximidad literal a quien ha alcanzado un alto nivel de sabiduría alienta el aprendizaje, y observé cómo la fuerza que fluye de esa presencia es perceptible en el ánimo de quien trabaja, hasta tal punto que, cuando la cercanía física ya no es posible, esta energía continúa reflejándose de forma sutil.
¿Dónde están los Ashram actuales? Esos espacios abiertos a todo el mundo, sin importar la creencia religiosa o la casta.
¿Dónde están ahora los maestros cuando más los necesito? A medida que me hacía está pregunta, resonaba en mi cabeza las palabras escritas por José Antonio Coderch, no son genios lo que necesitamos ahora…[4]
En la imagen de este post, las Meditation Chambers for Transcendental Meditation, en el viejo Maharishi Mahesh Yogi Ashram, ahora en ruinas, Muni Ki Reti. The Ashram se hizo internacionalmente famoso con la llegada de los Beatles en febrero de 1968, aunque más tarde fue trasladado a Noida, cerca de Delhi en 1990, dejando las instalaciones actuales abandonadas.
[1] López Cotelo, Borja. De vocaciones, A Coruña, septiembre 2013 publicado en la web veredes
[2] López-Peláez, José Manuel. “Sobre la proximidad”, en Maestros Cercanos, Colección cimbra 4, Fundación Caja de Arquitectos, 2007, Madrid. pág.7
[3] Del sánscrito â´srama, se dice del lugar de estudio y meditación creado en torno a la residencia de un maestro, con el fin de iniciarse y profundizar en el camino.
[4] Coderch, José Antonio. “No son genios lo que necesitamos ahora” revista Domus (noviembre de 1961)