13 Principios de la Complejidad

13 Principios de la Complejidad
En los años 90 para conseguir organizar los conceptos relativos a la idea de complejidad y establecer las relaciones de estos conceptos con la cultura contemporánea, Charles Jencks mantuvo contactos con los científicos James Lovelock, Paul Davies y los científicos del Santa Fe Institut, al igual que con sus amigos Frank Gehry y Peter Eisenman. Para desarrollar y argumentar las relaciones entre arquitectura y complejidad, establece una dualidad y una oposición entre una nueva visión científica y la visión moderna de mundo. De hecho toda su argumentación se establece a partir de un enfrentamiento dialéctico con la modernidad. Para Jencks la modernidad se caracteriza por cuatro aspectos que hay que superar como son el determinismo, el mecanicismo, el reduccionismo y el materialismo. [1]
En opinión compartida con el Antonio Carlos D. Grillo, autor de la tesis doctoral La Arquitectura y la Naturaleza Compleja: Arquitectura, Ciencia y Mimesis a finales del Siglo XX: [2]
Adoptando tal estrategia, el autor crea un frente de ataque definido en términos muy amplios, lo que facilita bastante la postura de contraposición. Aún así, las correlaciones establecidas por Jencks entre ciencia y visión del mundo nos parece la mejor parte del libro; ya en la aproximación a lo arquitectónico es donde su labor se muestra más endeble. [3]
Ciertamente la obra teórica de Charles Jencks a partir de The Architecture of the Jumping Universe, hasta The new paradigm in Architecture. The language of Post-Modernism será criticada por la inmediatez formal como transcurren rápidamente sus argumentos. Así pues, desde la feliz idea de relacionar la arquitectura contemporánea con las ciencias de la complejidad, Jencks pasa a enumerar una letanía de obras y arquitectos que de manera muy rígida entran en su lista cerrada, estrictamente por la complejidad formal de éstas, sin reflexionar más profundamente en la pertinencia de tales nombres y tales obras.
Las malas lenguas acusan a Jencks de querer promocionar a un cierto grupo de amigos, especialmente conocida es la relación de Jencks con Eisenman y Gehry, ofreciéndoles soporte teórico y sentando cátedra. Es bien cierto que en el caso de Gehry la despreocupación por argumentar teóricamente su producción es evidente, pero en el caso de Eisenman nos encontramos con una figura absolutamente fundamental en el campo de la teoría arquitectónica desde mediados de los 60, con el valor añadido de haber asumido el reto de llevar esa fortísima carga teórica a la práctica arquitectónica.
De todas maneras se acusa a Jencks de oportunista al ir desarrollando primero una serie de teorías sobre la postmodernidad que edición tras edición del libro The new paradigm in Architecture. The language of Post-Modernism, ha ido cambiando, matizando y adaptando a los tiempos. O dicho de otra manera, éste ha moldeado la idea de postmodernidad a conveniencia hasta encontrar una definición que le permita dar apoyo a un tipo de arquitectura y a unos arquitectos con los que tiene especial afinidad. No es motivo aquí de recoger los chascarrillos acerca de la controvertida figura de Jencks, ni la de amplificar ciertas polémicas, sobre todo cuando las confrontación intelectual con las ideas de Jencks no tienen un discurso demasiado estructurado. [4]
Pero volvamos a la línea argumental de Jencks.
Con la misma amplitud y flexibilidad con que configura su frente de ataque a la modernidad, Jencks estructura las afinidades de la arquitectura con la complejidad mediante criterios como son el organicismo, la diversidad, el eclecticismo, la ecología, etc. En esta línea, la manera como relaciona las teorías científicas con las obras arquitectónicas es mediante paralelismos formales entre ellas. En la parte más intensa de esta argumentación Jencks afirma que el deber de la arquitectura es dramatizar los procesos creativos de una naturaleza compleja. [5]
En la edición del número 9/10 de Architectural Design del año 1997, Jencks vuelve a la carga en el papel de editor, con el título genérico New Science=New Architecture?, para ello se rodea de una serie de colaboradores como Mae-Wan Ho, The new age of Organism, Peter Sanders, Nonlinearity, Michael Batty y Paul Logley, The Fractal City, Daniel Libeskind, Between the lines y de Cecil Balmond, New Structure and the Informal. Además, para ilustrar estos conceptos, presenta una serie de obras comentadas por sus autores como son: de nuevo el Aronoff Center de Peter Eisenman, también el Museo Guggenheim de Gehry, el Museo Judío y el Victoria & Albert Museum de Libeskind, la terminal de Yokohama de FOA otra vez, y el Erasmus Bridge de Van Berkel.
En el texto introductorio al número de AD Nonlinear Architecture: New Science=New Architecture?, Jencks defiende que a la nueva ciencia le corresponde una nueva visión del mundo y que cuando hay una cambio en la estructura básica del pensamiento, se dará paralelamente también un cambio en la arquitectura.
Hasta aquí no hay nada que objetar. La arquitectura siempre ha funcionado como un termómetro de su tiempo y los grandes cambios de raíz económica, política, tecnológica, cultural y/o social, han conllevado cambios drásticos tanto en la expresión formal de la arquitectura, como en su naturaleza más íntima. La diferencia con esta argumentación es que para que cuadre el hallazgo de relacionar las ciencias de la complejidad con la nueva arquitectura, Jencks hace un ejercicio de amnesia histórica y sitúa este gran cambio a finales del siglo XX, cuando el gran cambio se origina en la década de los 60.
Primero porque esta nueva visión del mundo de la que habla Jencks, se forma y cristaliza a finales de los 50, durante la década de los 60 y a principios de la década de los 70 hasta la crisis energética del 73. Segundo, porque los principios de las ciencias de la complejidad, como son la teoría del caos, la teoría de las catástrofes, la Hipótesis Gaia, los hiperciclos catalíticos, la teoría de la autopoiesis, etc., se formulan durante la década de los 60 y de los 70.
Finalmente otro factor que corrobora que el cambio es anterior al marco temporal que establece Jencks, es que durante toda la década de los 60 y quizás, debido a la crisis del petróleo del 73, en menor medida durante la década de los 70, la expresión formal de la arquitectura desarrolla toda una nueva imaginería extraordinariamente prospectiva, compleja y rompedora con todo lo anterior. Por tanto, como mínimo todo este conocimiento acumulado, se podría haber tenido en cuenta en la argumentación de Jencks, ni que fuera a nivel de antecedentes de esa nueva arquitectura.
Ciertamente, el autor plantea que la arquitectura, para ser verdadera con el espíritu de la vida contemporánea y sus formas de arte, debería explorar nuevos lenguajes arquitectónicos que reflejen los nuevos paradigmas del pensamiento, y defiende que, para eso, debería valerse de la metáfora como estrategia comunicativa. Podría ponerse en boca de cualquiera de los actores de los 60 esta misma frase y no quedaría a destiempo, es más, desde los situacionistas a finales de los 50, hasta la bulliciosa AA de principios de los 60 y ciertos focos de atención arquitectónica de la costa oeste norteamericana de finales de los 60 y principios de los 70, tienen formuladas en términos parecidos afirmaciones de este tipo.
Aún así, la gran aportación de Jencks a la condición compleja inmanente de la arquitectura se puede reducir de una manera muy sináptica y a modo de decálogo, de 13 puntos, el propio Jencks recoge en 13 Propositions of Post-Modern Architecture, lo que el mismo califica, sin atisbo de modestia, como una colección concisa de las ideas más importantes en 30 años. [6] Reproduzco aquí íntegramente los 13 puntos para acabar de dar luz sobre las argumentaciones de Jencks y acabar de ampliar el foco de su trabajo intelectual.
Valores Generales
1.- Lo multivalente es preferido a lo univalente, imaginación a fantasía.
2.- ‘Complejidad y Contradicción’ es preferido a los sobre-simplificado y al ‘minimalismo’.
3.- Las teorías de la complejidad y el caos están consideradas como más básicas para explicar la naturaleza, que la dinámica lineal; esto es, ‘la mayoría de la naturaleza’ tiene un comportamiento no-lineal que lineal.
4.- La memoria y la historia están inevitablemente en el ADN, código genético, del lenguaje, del estilo y de la ciudad y son catalizadores positivos de la invención.
Lingüístico y Estético
5.- Toda arquitectura está inventada y percibida a través de códigos, tanto los lenguajes de la arquitectura como la arquitectura simbólica, tanto el doble código de la arquitectura dentro de ambos códigos, el profesional y el popular.
6.- Todos los códigos están influenciados por una comunidad semiótica, y varios gustos culturales, de ahí la necesidad de una cultura pluralista, de un diseño basado en un Eclecticismo Radical.
7.- La arquitectura es un lenguaje público, por tanto se necesita de un Clasicismo Post-Moderno que parcialmente esté basado en universales arquitectónicos y en un cambio de tecnología.
8.- La arquitectura necesita del ornamento, o de patrones, que deberán ser simbólicos y sinfónicos, de ahí la relevancia de la teoría de la información.
9.- La arquitectura necesita la metáfora y ello nos debe relacionar con asuntos que atañen a lo natural y lo cultural, de ahí la explosión de la imaginería zoomórfica, y la iconografía científica en vez de ‘máquinas para vivir’.
Lo Urbano, Lo Político, Lo Ecológico
10.- La arquitectura debe formar la ciudad, y de allí el Contextualismo, la Ciudad Collage, el Neo-Racionalismo, la planificación por pequeños bloques, y los usos mixtos.
11.- La arquitectura debe cristalizar la realidad social y en la ciudad global hoy, la Heterópolis, esto significa el pluralismo de los grupos étnicos; por tanto la importancia del diseño participativo y el ‘adhocism’. [7]
12.- La arquitectura debe confrontarse a la realidad ecológica y esto supone el desarrollo sostenible, la arquitectura ‘verde’ y el simbolismo cósmico.
13.- Vivimos en un universo sorprendente, creativo y auto-organizado que todavía está trabado en varias soluciones. De ahí la necesidad de una arquitectura cosmogónica que celebre la crítica, el proceso y el humor.”
En realidad esta especie de compendio de reflexiones no deja de ser muy formalista en sí mismo y quizás en esta restricción a lo formal, derivado de una lectura metafórica de lo arquitectónico, reside el empeño y a fin de cuentas el valor de Jencks al relacionar la producción de la arquitectura contemporánea con la idea de lo complejo. Y sin embargo la rigidez de esta propia lectura es la que no le permite, o no le interesa, hacer ver que esta conexión geometría/complejidad se produce mucho antes, que genera efectos a largo plazo y que llega a convertirse en patrón mental, sin que llegue a traducirse necesariamente en expresión formal, en la actualidad, para encarar el reto de hacer arquitectura hoy.
*La imagen del post se puede encontrar en http://estepais.com/
[1] JENCKS, Charles, The Architecture of the Jumping Universe: A Polemic: How Complexity Science is Changing Architecture and Culture, Academic Editions a division of John Wiley and Sons, West Sussex, 1995, p. 125.
[2] Esta tesis doctoral dirigida por Marta Llorente del Departamento de Composición Arquitectónica de la ETSAB establece la lógica de la complejidad en arquitectura a partir de los procesos de mímesis con la naturaleza. Básicamente el punto de encuentro con esta tesis se da en el importantísimo rol de las ciencias de la complejidad en la consolidación del concepto de complejidad aplicado en arquitectura. Sin embargo el parámetro temporal de la argumentación de la tesis incurre en la misma lectura de Jencks, a mi parecer errónea, de entender la arquitectura compleja en términos contemporáneos exclusivamente, como si el binomio arquitectura/complejidad hubiera nacido con las obras construidas. Muy al contrario, mi argumentación se basa en que este binomio nace en los años 60 del rico sustrato de los movimientos contraculturales y la crisis de la modernidad y cierra el ciclo de desarrollo en las obras mencionadas, para a partir de allí quedarse como fundamento teórico y práctico del quehacer arquitectónico contemporáneo.
[3] GRILLO, Carlos D., La Arquitectura y la Naturaleza Compleja: Arquitectura, Ciencia y Mimesis a finales del Siglo XX, Departament de Composició Arquitectònica, UPC, tesis doctoral dirigida por Marta Llorente, Barcelona, 2005, p. 15.
[4] Es interesante observar el tono, más cercano al producto de una ofensa personal que a una polémica intelectual, que usa Nikos Salingaros del Departamento de Matemáticas Aplicadas de la Universidad de Texas en San Antonio en el paper “Charles Jencks y el nuevo paradigma en arquitectura” en la revista on line Katarsis III http://www.katarxis3.com/
[5] Op. Cit., JENCKS, 1995, p. 167-169
[6] VVAA, Theories and Manifestoes of contemporary architecture, Wiley-Academy, Academic Editions a division of John Wiley and Sons, West Sussex, 1997, p. 131. Cabe señalar que en el libro Jencks hace la labor de editor pero también publica textos propios. En este caso estas 13 proposiciones, fueron realizadas por estudiantes de la UCLA, se supone que dirigidos por Jencks, ya que él firma el texto.
[7] Podríamos definir adhocism como un concepto que se define más por la indefinición, por la diversidad de estilos y materiales, por la mezcla de elementos antiguos y nuevos. En este contexto Adhocism es también el título de un libro de Jencks conjuntamente con Nathan Silver.